La integridad es ser lo que decimos que somos. Está en la Biblia, Salmo 25:21, "Integridad y rectitud me guarden, porque en ti he esperado".
Una de las pruebas más difíciles de integridad es la riqueza. Está en la Biblia, Lucas 16:10-11, "El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto. Pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo verdadero?