Así como la sazón le da sabor a los alimentos, los cristianos deben darle sabor al mundo. Está en la Biblia, Mateo 5:13-14, "Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada?. Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder".
Jesús desafió las normas de la sociedad; él dijo que la grandeza resulta de servir a otros. Está en la Biblia, Mateo 23:11-12, "El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo. Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido".
Jesús nos amonesta a no seguir a la sociedad. Está en la Biblia, 1 Juan 2:15-17, "No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre".